jueves, 18 de abril de 2013

De las ilusiones y de las Ambiciones

La ilusión es positiva. Es un estado de ánimo que mueve, que nos ayuda a andar hacia lo ilusionado, hacia nuestro deseo de alcanzarlo.

La ambición, en cuanto obsesión, nos ciega. Es otro motor que nos mueve hacia lo deseado, pero no permite oir, ver y sentir a nadie que se interponga entre nosotros y lo ambicionado, a veces ni siquiera a nosotros mismos.

La ilusión nos permite afrontar los errores positivamente, aprendiendo de ellos sin mermar la capacidad de seguir intentándolo.

La ambición en conseguir algo hace que los errores sean fracasos. Esos fracasos, palabreja terrible, nos convierten en fracasados. Fracasados solitarios, pues es fácil imaginar que, probablemente, hayamos pisado alguna cabeza a la hora de subir por nuestra escalera de ambición.

De esta manera, cuando lo deseado necesita de más personas, necesitamos ilusionarnos por ello.

Ambicionar un objetivo social sin tener en cuenta las personas es llegar al poder por el poder.

Ilusionarnos en un proyecto de mejora social teniendo en cuenta a las personas, es hacer política con mayúsculas.

Os invitamos a eso, a tener ilusión. Podremos equivocarnos pero entre todos seguiremos mejorando, superándonos.

Ánimo. La transparencia administrativa es una ilusión que quiero compartir. Necesita también de tu ilusión.

No perdamos eso que nos hace personas sociales.

lunes, 8 de abril de 2013

Evolución o cambio

Hoy pienso en los cambios de los que somos testigos. Hace relativamente poco, unos cuatro años,  adquirí algo a plazos y en el momento de firmar pensé en la capacidad que tendría de afrontar el pago de cada recibo. "Si yo no pudiera pagar esto será solo si la economía entra en una crisis tan profunda que nadie podrá pagar sus recibos y, en ese caso, los bancos tampoco podrán ir contra todos y yo seré uno más de los que se resista a pagar".

¿Sonreís irónicamente?. Yo, también. Está ocurriendo.

Jorge Verstringe hablaba hoy diciendo con su tono llano, aunque poco convincente, respondiendo a la pregunta que le hacía una periodista de La Ser respecto a si hay dinero para salir de la crisis, y le contestó que "por supuesto que la hay" dando a entender que la tiene esos pocos poderosos. Lo que pasa es que yo no soy uno de ellos, y no sé si podré pagar esos recibos.

La evolución consiste en adaptarse el cambio, independiente de lo inteligente o fuerte que seas. Eso consuela pero lo justo. Necesitamos algo más de tiempo si queremos crear nuevas maneras de economía  evolucionada que suplan a la actual. En Alicante empiezan a hacer cosas con la Economía del Bien Común, y en muchas poblaciones comenzamos a utilizar el "eco" como moneda de cambio para la adquisición de servicios o productos. Eso es evolución.

Siempre me amparo en las tecnologías de comunicación a la hora de pensar que estos cambios van a ser rápidos. Es hora de promover de nuevo los servidores de código libre para comunicarnos, frente al uso de software privado. Internet lo permite y es en este punto donde pienso en todo el colectivo de informáticos y afines. Somos unos pringaillos, lo sabemos, pero úsennos para evolucionar.

Les estamos esperando utilizando tecnologías gratuítas y transparentes.